Marta Muñoz
Y ahí estaba, abierta, faltaba la mitad de las galletas. No se había comido la otra parte, ni ella, ni nadie. Al ver a un precioso hombre sentarse enfrente suya se imaginó que estarían comiendo galletas, los dos juntos como dos enamorados. Todo había sido un sueño.
Laura Rosillo
Cuando se sentó confortablemente en su asiento, ya en el interior del avión, miró dentro de la bolsa y vió que su paquete de galletas estaba ahí todavía. Fue entonces cuando decidió volver al aeropuerto donde estaba el hombre, después de haber hecho un largo viaje en avión. Parecía sentirse mal por lo sucedido pero por otra parte prefería dejarlo todo como estaba y así se lo encontrara...pues le daría el paquete que siempre había llevado en el bolso. Decidió hacer la primera opción. Llegó allí pero... ya no estaba. Ahora se sentiría culpable para siempre aunque a decir verdad al final de todo se empezó a reir como si nada malo hubiese hecho.
Iker Ruiz
Cuando se sentó confortablemente en su asiento, ya en el interior del avión, miró dentro de la bolsa y vió que su paquete de galletas estaba ahí todavía. En cuanto llegó a su destino cogió otro avión para volver al aeropuerto de donde salió, con la esperanza de volver a encontrar a aquel hombre para poder disculparse.
Beatriz Gómez
Cuando se sentó confortablemente en su asiento, ya en el interior del avión, miró dentro de la bolsa y efectivamente el paquete no estaba. A punto de estallar, se relaja un poco, pero poco después, en el avión, el hombre se sienta a su lado y la mujer le canta las 40. A mitad de la pelea, ella por alguna extraña razón se rie, y se piden los números de teléfono. Años después se casan y tienen hijos.
Paula Guijarro
Cuando se sentó confortablemente en su asiento, ya en el interior del avión, miró dentro de la bolsa y ahí estaban, todas y cada una de las galletas que aquel hombre había tomado. No faltaba ninguna, ni la que estaba partida por la mitad, de la primera a la última se encontraban apiladas y sin mordisco alguno. Frunció el ceño, extrañada, incluso asustada. ¿Llevarían veneno, estarían agrias, se habrían caído al suelo? Junto a ellas encontró una pequeña nota: “Gracias por haber compartido lo más valioso del mundo conmigo: tu compañía.”Se sintió angustiada al pensar en lo egoísta que había sido cuando aquel hombre lo único que quería era no estar solo.
Jordi Rodríguez
Cuando se sentó confortablemente en su asiento, ya en el interior del avión, miró dentro de la bolsa y volvió a coger su libro, pero se quedó atónita, aquel extraño hombre le había dejado un pequeño sobre. En la parte trasera ponía "Para ti, de mi" es curioso, podría ser para cualquiera, pero supuestamente si se encontraba en su bolso, sería para ella. Abrió el sobre y en su interior había como un código M. 24. ¿que querrá decir? La joven no paraba de darle vueltas a la cabeza, quedaba media hora para irse a Londres, aquel lugar que tanto le llamaba la atención. Empezó a pensar cosas que empezaran por M: Muerte, Madre, Mariposa, Monstruo, Meteorito, Montaña... pero nada tiene sentido... De pronto sintió acidez en el estomago... dichas galletas podrian haber estado caducadas, a saber cuanto tiempo llevaban en aquella vieja Maquina. Se paró a pensar... ¡maquina! ¡eso es! Se levantó tan rápido que el resto de pasajeros se giraron asustados. Fue directa a la maquina exprendedora, y al llegar pensó "¿y ahora que?" recordó lo proximo que habia en la nota, un 24 se fijó que el numero 24, correspondia a las galletas que ella habia comprado. Asi que metió el dinero y las galletas cayeron para ser recogidas. Tan solo quedaban 2 paquetes más... "me siento estupida" se dijo así misma, así que cogió el paquete de galletas y se fue de vuelta al avion, "¿para que hago caso a algo que pone en una nota desconocida?" La muchacha estaba despagada, pero aun asi se fue corriendo al avion. Al subir, se dio cuenta de que ya tenía compañero de viaje, ¡justo aquel hombre! "¡tu!¡por que...?" dijo ella pero el hombre, con una sonrisa simpatica le interrumpio diciendo, "¿ya has comprado las galletas? Ella soltó una risita tonta, se sentó junto a el, abrió el paquete y se llevó una galleta a la boca sonriente, ¿Será esto el principio de una bonita relación?
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